RENACIMIENTO: BOTICELLI
A pesar de que en su
época fue considerado uno de los mejores pintores del quattrocentro italiano,
su fama fue decayendo hasta que a principios del XIX su figura fue rescatada de
nuevo. El nacimiento de Venus y La primavera, dos de los grandes iconos del
Renacimiento italiano, a veces eclipsan otras facetas del pintor, la de
retratista, pintor religioso o dibujante
Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, apodado Sandro
Botticelli (Florencia, 1445-1510), fue el pintor favorito de la Corte de
Lorenzo de Médicis, en un momento de fundamental importancia para el
florecimiento de las artes en la Florencia del siglo XV, conocido como la “Edad
de Oro florentina”. Pero el pintor también vivió momentos convulsos como los
que propició las prédicas del monje dominico Girolamo Savonarola (las “quemas
de las vanidades”), toda una crítica al poder bajo un enfoque religioso y
moral.
El Nacimiento de Venus es una de las obras más famosas de
Botticelli. Fue pintada para un miembro de la familia Médici, para decorar uno
de sus palacios de ocio en el campo. El tema mitológico era habitual en estos
emplazamientos campestres, surgiendo imágenes como la Primavera o Venus y
Marte. Venus es la diosa del amor y su nacimiento se debe a los genitales del
dios Urano, cortados por su hijo Cronos y arrojados al mar. El momento que
presenta el artista es la llegada de la diosa, tras su nacimiento, a la isla de
Citera, empujada por el viento como describe Homero, quien sirvió de fuente
literaria para la obra de Botticelli.
Venus aparece en el centro de la composición
sobre una enorme concha; sus largos cabellos rubios cubren sus partes íntimas
mientras que con su brazo derecho trata de taparse el pecho, repitiendo una
postura típica en las estatuas romanas de las Venus Púdicas. La figura
blanquecina se acompaña de Céfiro, el dios del viento, junto a Aura, la diosa
de la brisa, enlazados ambos personajes en un estrecho abrazo. En la zona
terrestre encontramos a una de las Horas, las diosas de las estaciones, en
concreto de la primavera, ya que lleva su manto decorado con motivos florales.
La Hora espera a la diosa para arroparla con un manto también floreado; las
rosas caen junto a Venus ya que la tradición dice que surgieron con ella.
Técnicamente, Botticelli ha conseguido una figura magnífica aunque el modelado es
algo duro, reforzando los contornos con una línea oscura, como si se tratara de
una estatua clásica. De esta manera, el artista toma como referencia la
Antigüedad a la hora de realizar sus trabajos. Los ropajes se pegan a los
cuerpos, destacando todos y cada uno de los pliegues y los detalles. El
resultado es sensacional pero las pinturas de Botticelli parecen algo frías e
incluso primitivas.
Aquí os dejo un enlace de una página con datos muy interesantes sobre este pintor:
https://historia-arte.com/obras/4-retratos-de-botticelli
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